¿Cómo se debe lavar un autoelevador?

El mantenimiento de un autoelevador no solo implica revisar su mecánica o los niveles de combustible. La limpieza también cumple un rol clave, ya que ayuda a preservar su buen estado, detectar posibles fallas y extender su vida útil. Sin embargo, lavar un autoelevador requiere cuidados específicos para no dañar componentes eléctricos, hidráulicos o mecánicos.

A continuación, te contamos cómo hacerlo correctamente.

¿Por qué es importante lavar un autoelevador?

Un autoelevador limpio permite:

• Evitar acumulación de polvo, grasa o residuos.
• Mejorar la visibilidad de componentes desgastados o dañados.
• Prevenir corrosión.
• Cumplir con normas de higiene, especialmente en industrias alimenticias o farmacéuticas.
• Transmitir una buena imagen en el entorno de trabajo.

Pasos para lavar un autoelevador correctamente

1. Elegí un lugar adecuado

La limpieza debe hacerse en un espacio con drenaje apropiado, lejos de zonas de circulación o carga. Si es posible, usá un área especialmente diseñada para el lavado de maquinaria.

2. Apagá el equipo y aseguralo

Antes de empezar:

• Apagá el motor.
• Retirá la llave.
• Aplicá el freno de mano.
• Si es eléctrico, desconectá la batería.

Esto evita accidentes y protege los sistemas eléctricos.

3. Quitá los residuos grandes

Usá un cepillo o sopladora de aire para sacar polvo, virutas, hojas o materiales acumulados. Prestá atención a la base del mástil, ruedas y carro.

4. Aplicá desengrasante

En zonas con grasa (como la transmisión, cadenas o partes del mástil), aplicá un desengrasante apto para maquinaria industrial. Dejalo actuar unos minutos según las instrucciones del producto.

5. Lavá con agua a baja presión

Usá una hidrolavadora con presión moderada o una manguera. Evitá aplicar el chorro directamente sobre:

• Paneles eléctricos.
• Motor o batería.
• Tablero de control.

Estas zonas pueden limpiarse con paños húmedos o esponjas.

6. Enjuagá y secá

Asegurate de enjuagar bien para eliminar todo resto de jabón o desengrasante. Luego, secá con trapos limpios y secos, especialmente en los controles, conectores y zonas sensibles.

Si se dispone de compresor, podés usar aire comprimido para eliminar el agua acumulada en rincones o juntas.

7. Revisá niveles y lubricación

Después del lavado, revisá el nivel de:

• Aceite hidráulico
• Líquido refrigerante
• Aceite de motor (si es a combustión)
  También es conveniente lubricar nuevamente las partes móviles que fueron expuestas al agua.

Consejos adicionales

• No uses productos abrasivos ni detergentes comunes.
• Lavá con frecuencia en función del entorno (más seguido si el ambiente es polvoriento o con residuos).
• En industrias alimenticias, usá productos certificados.
• Evitá que el agua entre en el habitáculo de baterías o en los tableros.
• Usá protección personal: guantes, botas, gafas de seguridad si usás químicos.

Lavar un autoelevador correctamente no solo es una cuestión estética, sino una práctica de mantenimiento preventivo. Con los cuidados adecuados, podés mantenerlo en condiciones óptimas, prevenir problemas mayores y garantizar su funcionamiento seguro y eficiente.